El efecto termoeléctrico en un material relaciona el flujo de calor que lo recorre con la corriente eléctrica que lo atraviesa. Este efecto es la base de las aplicaciones de refrigeración y de generación de electricidad: un material termoeléctrico permite transformar directamente el calor en electricidad, o bien generar frío cuando se le aplica una corriente eléctrica.
La revista Technology review publica el 20 de marzo un artículo sobre estos materiales titulado “Cheap, Efficient Thermoelectrics”, que resumimos en este post.
Los materiales termoeléctricos prometen todo, desde energía limpia para los coches a energía limpia procedente del sol, pero hasta ahora conseguir dar utilidad a estos materiales ha sido todo un desafío. Ahora, investigadores del MIT y el Boston College han desarrollado una técnica barata y simple que consigue aumentar en un 40 % la eficiencia de los materiales termoeléctricos. Los materiales termoeléctricos, que convierten calor en electricidad y electricidad en calor, son prometedores para convertir el calor de los residuos en energía utilizable. Pero los materiales termoeléctricos no han sido lo suficientemente eficientes como para ir más allá de aplicaciones puntuales. El nuevo salto en eficiencia, alcanzado con un material relativamente poco caro, puede finalmente hacer posible tales aplicaciones como paneles solares que convierten el calor del sol en electricidad, y tubos de escape de los coches que usan el calor de los residuos para hacer funciona la radio y el aire acondicionado.
Los investigadores comenzaron con telururo de antimonio y bismuto, un material termoeléctrico con aplicaciones como enfriadores de picnic y asientos de coche refrigerados. Seguidamente los investigadores trituraron el material a un tamaño de grano de aproximadamente 20 nanómetros, y lo prensaron en discos y barras a alta temperatura. El material resultante tiene una estructura reticular cristalina mucho más fina que el material original, que está hecho con granos a escala de milímetros. El nuevo proceso consigue un material que es un 40 % más eficiente que la forma convencional a 100 ºC.
Este nuevo producto abre las puertas a muchas nuevas aplicaciones de los materiales termoeléctricos comercialmente viables.
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