Ayer hemos conocido el IPC adelantado, y los valores del indicador han sido nuevamente desalentadores. Desearíamos abordar otros temas más relacionados con la tecnología y la productividad, pero lo cierto es que las noticias económicas que condicionan la productividad de la empresa inundan nuestros medios. En este post, nos centramos nuevamente no el problema de los precios de las materias primas, y de manera particular los de los alimentos.
Hay empresas que desde luego se verán afectadas positivamente por este boom en los precios, pero desde luego otras pueden resentir sus costes, es por ello vital entender los mecanismos que condicionan el movimiento de los precios y la posible evolución de los mismos en los meses venideros. Comentamos el artículo “Tensions rise as world face short rations” publicado por la Agencia Reuters. Este es un artículo de obligada lectura, de los más duros escritos en los últimos meses.
Los precios de los alimentos están aumentando, un continente asiático más rico demanda mejores alimentos a sus productores y estos no pueden mantener la producción que el mercado reclama. En breve, el mundo se enfrentará a una crisis de alimentos que en algunos lugares está ya en plena efervescencia.
En todo el mundo, la gente está protestando y los gobiernos responden con controles a menudo contraproducentes en precios y exportaciones – una nueva política de escasez en la cual asegurar los suministros de alimentos se está convirtiendo en uno de los principales desafíos del siglo XXI.
Pillados por un clima severo en los países productores y un boom en la demanda de las naciones de rápido crecimiento, las reservas de trigo están al nivel más bajo de los últimos treinta años. Los precios del trigo llevan ya cinco años subiendo, acabando con una década de comida barata.
La sequía, el dólar bajando, un cambio de las inversiones hacia las commodities y en los usos de la tierra para producir combustibles han contribuido en el infortunio de los alimentos. Pero el crecimiento de la población y de la economía China y otros países emergentes son probablemente los factores más determinantes.
La población mundial alcanzará los 9.000 millones alrededor de 2050, y la mayoría de los 2.500 millones extra vivirán en países en vías de de desarrollo. Es en estos países donde la población está demandando leche y carne, lo cual requiere poner en producción más y más tierra.
Esto supone un revés adicional para la economía mundial, en un tiempo en el que está presionada por turbulencias importantes. De manera paralela al efecto sobre el primer mundo, un drama mucho mayor se está produciendo en los estratos más bajos de la población mundial.
En Gurriana, Mexico, diez mil indígenas salieron a las calles el último año a protestar por el precio de las tortillas, sustento nacional cuyo precio sube vertiginosamente en paralelo al precio del maíz.
Los precios de los alimentos, basándonos en las estadísticas de las Naciones Unidas, se elevaron un 35 % al final de enero, respecto al año anterior, marcando una aceleración que se inició suavemente en el año 2002. Desde entonces, los precios se han elevado un 65 %
Sólo en 2007, de acuerdo con la el índice de alimentos del mundo de la Organización para la Agricultura y la alimentación de la ONU, los precios de los productos lácteos subieron casi un 80 % y el grano un 42 %. Algo hay aquí que no cuadra con los índices de precios que publican los gobiernos, pues no reflejan estas subidas tan escalofriantes.
Chathan House, sede del Royal Institute of International Affairs, dijo en enero que …las recientes subidas de los precios de los alimentos son solamente una indicación visual en el corto plazo, y la sociedad tendrá que decidir qué valor coloca a los alimentos y cómo…las fuerzas del mercado pueden reconciliarse con los objetivos de política domésticos.
Muchos países se están enfrentando ya a esta elección. Repasemos cómo está el panorama internacional, y las medidas que se están tomando, muchas de ellas impensables hace tan solo unos meses.
Después de una larga oposición, el gobierno está considerando levantar la prohibición de los cultivos genéticamente modificados, para permitir a sus cultivadores competir con Estados Unidos, donde las cosechas de alta productividad con organismos modificados genéticamente son la norma.
La Unión Europea y partes de África tienen prohibiciones similares que pueden ser también consideradas.
Numerosos gobiernos, incluyendo Egipto, Argentina, Kazakhstan, y China, han impuesto restricciones para limita la exportación de China y mantener más comida en casa. Aquí puede estar una de los motivos fundamentales del incremento de los precios del los alimentos en gran parte del mundo, los antiguos graneros han cerrado el grifo.
Esta respuesta de reflejo rotuliano a las emergencias que vienen produciendo ante la escasez puede originar que los cultivadores produzcan menso y amenaza con socavar años de esfuerzos para conseguir una política de comercio internacional aperturista. Hace unos años, las restricciones al comercio internacional impedían el desarrollo de los países del tercer mundo, ahora, por el contrario, las barreras que se levantan en el tercer mundo amenazan con estrangular a los países desarrollados, que hace ya mucho tiempo dejaron de preocuparse por producir y procesar alimentos. Esta situación, sin embargo, va a tener un reflejo positivo en muchas zonas de España, pues según todos los indicios la producción de alimentos y su valorización en plantas transformadoras va a ser un negocio de futuro bien boyante. Los productos agrícolas baratos procedentes de países emergentes, de los que tanto se quejaban los agricultores españoles, ahora es posible que no lleguen ya a España, cambiando radicalmente el panorama de muchos cultivos que sufrieron crisis serias como consecuencia de la liberalización mundial.
La situación puede llegar a trastocar el comercio internacional. Si un país tras otro adopta la política de “deja pasar hambre a tu vecino”, entonces el comercio global de productos agrícolas producidos en el mundo se verá sensiblemente reducido, y esto hará en último término los precios más volátiles, acaba de decir Joachim von Braun, director del “International Food Policy Research Institute in Washington”.
En Argentina, una tasa del gobierno sobre la producción de grano llevó a los agricultores a boicotear las exportaciones de grano.
Vietnan e India, ambos exportadores principales de grano, anunciaron el viernes que recortarían las ventas transoceánicas, disparando al alza los mercados de futuros del arroz en Estados Unidos. Otras commodities han retrocedido en los últimos días de sus cotas records en precios pero los analistas atribuyen esta bajada en los precios a una toma de beneficios en los inversores.
DESCONTENTO
En la próxima década, el precio del maíz puede elevarse un 27 %, las semillas de oleaginosas tales como la soja subirán un 23 % y el arroz, un 9 %, de acuerdo con los intentos de previsiones llevadas a cabo en febrero por la OCDE y la O.N.U.
Oleadas de descontento se están dejando sentir. Protestas violentas golpearon Camerún y Burkina Faso en febrero. Las protestas se extendieron recientemente a Indonesia y los medios informaron de muertes como consecuencia del hambre. En las Filipinas, se instó a las cadenas de comida rápida a recortar las porciones de arroz para contrarrestar el rebrote de precios.
El año pasado, el Banco Central de Australia – influido por una sequía que dura ya dos años – se preguntó si el aumento en los precios de las commodities puede ser una de los más altos en las historia, como los que asolaron los años 30 o los 70.
Los precios de las comodities, en términos reales, se mantuvieron planos o incluso cayeron durante la rápida industrialización de los Estado Unidos y Alemania al principio del siglo veinte. Pero la reindustrialización de China, con 1300 millones de personas, se está haciendo de una forma diferente.
El Banco de Australia dijo también que la población de China es proporcionalmente mucho más grande de lo que era la de cualquier país que se industrializó con anterioridad y es casi el doble que la población combinada de todos los países del G7.
La emergencia de la clase media China está añadiendo una enorme demanda no sólo de commodities básicas como el maíz, la soja y el trigo, sino también de otras alimentos altamente proteínicos como carne y leche.
Los chinos, cuyo ascenso comenzó en fecha tan reciente como en 2001, comían 20 kilogramos de carne per cápita en 1985. Comen ahora 50 kilogramos al año, y aún le faltan 20 más para equiparar a países como España.
Cada kilogramo de carne emplea siete kilogramos de grano para su producción, lo cual significa que la tierra que puede ser usada para cultivar alimentos para las personas debe desviarse para cultivar alimentos para animales.
EL PROBLEMA DE LOS BIOCOMBUSTIBLES
Ya que occidente intenta atajar el problema del calentamiento global, todos los esfuerzos están dirigidos a potenciar la utilización de combustibles más verdes, y ello está agravando los problemas para conseguir alimentos.
Se estima que una de cada cuatro partes de maíz del cultivado en Estados Unidos será desviado para producir etanol. Ya hemos visto en este blog que esto no es ni mucho menos la panacea en términos de balance energético.
“Transformar la comida en combustible para coches es un gran error en muchos frentes”, ha dicho Janet Larsen, directora de investigación en Earth Policy Institute, un grupo ambiental con sede en Washtington.
Uno, esto ya se está traduciendo en precios más altos en los supermercados de Estados Unidos. Dos, quizás el problema más serio desde una perspectiva global es que estamos viendo aumentar los precios en los países en vías de desarrollo donde se está produciendo una escalada de la violencia en las calles.
Similarmente, el aceite de palma está también en precio record debido a la demanda de su uso biocombustible, causando un serio dolor por la disminución de los ingresos en Indonesia y Malasia, donde es un sustento principal.
Pero a pesar del incremento en las críticas hacia los biocombustibles, la industria del etanol fabricado a partir del maíz disfruta de un fuerte apoyo en Estados Unidos, que probablemente continuará.
John Bruton, embajador de la Unión Europea en los Estados Unidos, predice que el mundo se enfrenta a 10 o 15 años de una profunda elevación en los costes de los alimentos. Y es en la pobre África y, Sureste de Asia, donde hay más personas vulnerables.
El director del programa World Food de las Naciones Unidas, Josette Sheeran, está en una gira global para tratar de recoger 500 millones de dólares para crear un fondo que trate de paliar el agujero que ha creado el incremento de los precios de los alimentos. El programa de ayuda más grande de América, Food for Peace, ha visto como los precios de sus commodities han crecido un 40 % y pueden tener que recortar donaciones.
Pero las opciones de muchas políticas y ayudas disponibles a los gobiernos para ayudar contra el hambre distorsionan los mercados y causan dolor en cualquier lugar de sus economías, de acuerdo con los proponentes del libre mercado.
“Yo estuve implicado en un gobierno que introdujo subsidios a los alimentos en Irlanda y tuvimos un trabajo del diablo para posteriormente librarnos de ello, ha dicho Bruton, que fue Primer Ministro de Irlanda entre 1994 y 1997.
Otras expertos abogan por medidas tales como los fertilizantes y cultivos de alto rendimiento – algunos de ellos modificados genéticamente – mantendrán la producción. Al respecto, muchas compañías de biotecnología se están frotando ya las manos, lo que no consiguieron los argumentos científicos lo va a conseguir el bolsillo.
Bruce Babcock, un economista de la Iowa State University, ha dicho que la elevación de los precios es la señal que los agricultores necesitan para aumentar la producción. Parece claro que los proyectos de mejora de la productividad de los cultivos van a ser la norma en el futuro inmediato.
Actualmente nos encontramos en el mejor momento de la historia para le economía de los agricultores de todo el mundo. Un sector, castigado por penurias pasadas, puede comenzar a despegar con fuerza en cualquier momento. Nos enfrentamos a una situación que exige un incremento sustancial de las explotaciones agrícolas, ganaderas, y agroindustriales, y la gente del campo nunca ha tenido delante tan grandes incentivos para aumentar la producción.
Otros expertos se quejan de que las semillas caras y los fertilizantes están fuera del alcance de los granjeros de los países pobres.
A comienzos del siglo XIX, el economista y político británico Thomas Malthus dijo que la población tenía el potencial de crecer mucho más rápido que los suministros de alimentos, una predicción que los granjeros eficientes consistentemente probaban equivocada. Ahora, a comienzos del siglo XXI, algunos están revisando estas predicciones.
4 comentarios:
la verdad tienes mucha razon en este post esta llegando el punto en que el costo de los commodities se esta elevando al punto de no se compren por los manufactureros y si a eso le agregas los cambios alimenticios (que gente ya no come pan o ciertos tipos de vegetales etc) la cosa se complica aun mas
que hacer cuando por un lado el trigo esta en su precio mas elevado y por el otro el consumo del pan esta bajando
oye no tienes feed ?
Disculpa mi ignorancia en la técnica de blogs. ¿Qué es feed?
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