Entre las incógnitas que se generan ante la crisis financiera internacional, destacan sus efectos en China. El motivo no es otro que el gran país asiático es actualmente el motor de la economía mundial. Para que nos hagamos una idea del papel que China representa en la economía mundial, mencionar que en los primeros seis meses de este año su economía ha supuesto la tercera parte del P.I.B. mundial. La pregunta que todos se hacen es si China podrá continuar con su vigoroso crecimiento. Ya hemos analizado en el blog algunos indicios de debilidad en la economía china (ver por ejemplo últimas tendencias de la economía china), pero lo cierto es que aún continúa creciendo con intensidad.
Comparando con otras muchas economías emergentes, particularmente Brasil y China, que han sufrido recientemente un notable efluvio de capital, China ha sorteado el credit crunch con una sacudida de hombros. Pero si bien la crisis del crédito no le ha afectado directamente, otra cosa son las exportaciones, que si están ya chisporroteando. La producción industrial cayó en agosto al 12,8 %, un nivel no conocido en los últimos seis años, las ventas de coches cayeron un 6 %; y el boom de la propiedad parece estar a punto de estallar.
Parte de la desaceleración se debe al cierre de factorías alrededor de Berlín, pero la economía en general se está debilitando, especialmente en el mercado inmobiliario. La venta de viviendas en China ha caído un 50 % en las grandes ciudades durante el último año, y los precios de la vivienda caen con fuerza. Los precios de apartamentos de nuevos apartamentos de lujo en Shenzhen han caído un 40 %. El precio de la vivienda ha comenzado a caer en toda la nación, aunque las cifras oficiales aún reflejan un incremento en los precios del 5,3 %. Los titulares de prensa anuncian que el precio de la vivienda puede caer en China un 50 %, y si bien puede ser sólo una ilusión, lo cierto es que este tipo de noticias contribuyen a paralizar las ventas con gran efectividad. Hay que mencionar que en China los precios de la vivienda no pueden caer mucho porque tampoco han crecido, no ha habido "burbuja inmobiliaria" en China. Por el contrario, desde 2000 los precios de la vivienda han decrecido en relación al salario, así que no es muy probable que los precios de la vivienda caigan durante mucho tiempo.
Los bancos chinos podrán resistir mejor la caída del precio de la vivienda de cómo pueden resistirlo los bancos europeos o norteamericanos. En Estados Unidos, España, y otros países occidentales, era fácil conseguir créditos por el 100 % del valor de la vivienda, lo cual contribuyó enormemente a la creación de la burbuja inmobiliaria desde finales de la década pasada. Sin embargo, los chinos deben poner un depósito en efectivo del 20-30 %, dependiendo del tamaño de la casa, y en la segunda residencia el depósito debe ser del 40 %. La alegría inmobiliaria no pudo producirse con estas condiciones de financiación, y ello ahora beneficia enormemente a los bancos chinos ya que tienen un colchón de seguridad importante ante la bajada del precio de la vivienda.
Otro de los motivos por los que los bancos chinos están más protegidos de la crisis financiera que los bancos occidentales es que el sistema está soportado por depósitos en vez de por el mercado de capitales. Los préstamos de los bancos chinos suponen solamente un 65 % del total de los depósitos, lo cual contrasta con los ratios mucho mayores que encontramos en América y Europa Occidental.
La caída del precio de la vivienda, principal motivo de la crisis financiera, no pondrá en apuros a los bancos chinos como está ocurriendo en occidente. El motivo es muy sencillo, los chinos no se endeudan como lo hacen los occidentales. Las diferencias respecto a occidente son abrumadoras, y en todos los casos protegen a China de la crisis financiera. Por ejemplo, las deudas chinas ascienden al 13 % del P.I.B., mientras que en Estados unidos llegan al 100 %. Las ventas minoristas no se han dañado en China como ocurre en occidente, pues este verano aún experimentaba un incremento del 17 %. El principal impacto de la caída del sector inmobiliario chino será una disminución en la construcción.
Al contrario de lo que ocurre en muchos países de occidente, y especialmente en Estados Unidos, donde las medidas gubernamentales para paliar la crisis están casi agotadas, el gobierno chino tiene aún un amplio margen de maniobra. La principal preocupación de China ha sido hasta hace poco tiempo la inflación, pero ésta ha caído al 4,9 % desde el 8,7 % que aumentaba en febrero. La moderación de la inflación se debe especialmente a la caída experimentada por los precios de los alimentos. Goldman Sachs ha previsto que la inflación caiga al 1,9 % en 2009, lo cual dará al banco central nuevos márgenes para relajar la política de tipos de interés. Los tipos de interés se han recortado hasta el 6,9 %, y el gobierno espera relajar pronto los controles al crédito, especialmente en el sector inmobiliario.
El crecimiento del P.I.B.de China se ha moderado menos de lo previsto, y el país aún crece a un ritmo del 10,1 %. Si bien el crecimiento se ha ralentizado, esto es en parte una buena noticia, porque la economía estaba excesivamente acelerada. El futuro puede hacer cambiar el crecimiento chino y que dependa más del crecimiento interno, lo que lo hará más sostenible.
El gobierno va a implementar estímulos fiscales para mantener el crecimiento por encima del 8 %. El paquete de medidas previsto incluye recorte de tasas y aumento de las inversiones en infraestructuras. China presenta la posición fiscal más favorable del mundo, por lo cualel margen de actuación es aún importante.
Bibliografía: Domino or dynamo? The economist October 11th 2008
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