Un nuevo artículo destinado a los negocios en países olvidados por la prensa económica convencional, y en esta ocasión hemos elegido la Isla Bermuda, un lugar desconocido cuyas posibilidades de hacer negocio seguro que nos sorprenderán. Cierto es que tampoco podemos considerar a Bermuda como una economía emergente en sentido estricto, pues su reputación y transparencia se ha fraguado en más de cincuenta años.
Bermuda se encuentra a tan solo dos horas en vuelo desde Nueva York, y ese lugar preferente ha sabido ser aprovechado implementando en la isla unas condiciones muy apetecibles para todos los amigos de los negocios. De hecho, Bermuda se ha convertido ya en la capital mundial del riesgo. Bermuda es un país soberano que basa su economía en el turismo y en los servicios financieros, una estrategia que le ha llevado a ascender a uno de los primeros puestos del mundo en renta per cápita.
La isla se caracteriza también por estar situada en primera línea de batalla contra los huracanes, pero pese a ello casi todas las grandes compañías del mundo se han establecido aquí, buscando las posibilidades que su complejo sector financiero puede ofrecer a todo aquel que tenga necesidad de mover dinero.
En Bermuda encontraremos el paraíso de los servicios financieros internacionales, y también servicios legales proporcionados por las más reputadas firmas mundiales. Añadamos a esto un sólido sistema bancario, una elevada capacidad intelectual y de comunicaciones, y encontraremos todo lo que los grandes hombres de negocio necesitan. En tan solo un radio de seis bloques de edificios podemos hacer más negocios de los que haríamos viajando por todo el mundo, y esa es otra de las particularidades de este pequeño estado, en una pequeña superficie se concentra la mayor densidad de actividades relacionadas con los negocios que encontramos en el mundo.
La integridad y solidez del sistema financiero de Bermuda tiene una elevada reputación en todo el mundo, y ello es resultado del continuo esfuerzo de sus gobernantes de conseguir superar los standards financieros internacionales. La Autoridad Monetaria de Bermuda, el órgano independiente responsable del control del sistema financiero, enfatiza su actividad en la transparencia y control riguroso del sistema, primando siempre la cantidad ante la cantidad.
Las sólidas relaciones entre el sector público y privado han permitido a la isla quedar al frente del desarrollo del sector financiero global. El país es ya un líder en la industria del seguro y del reaseguro. También es líder mundial en las indutrias cautivas, y la preferencia de la jurisdicción también está ahora floreciendo como lugar de entrada y salida para los fondos de inversión.
Resulta curioso que su actividad aseguradora se fundamenta principalmente en los huracanes que asolan la región, y en la necesidad de las compañías de asegurar sus activos frente a estas catástrofes. En 1992, 4.000 millones de dólares fueron invertidos en la industria del seguro tras el paso del huracán Andrews. Pero la actividad e importancia de los grandes seguros frente a catástrofes se ha ido extendiendo con el tiempo. Por ejemplo, en 2001, entraron en Bermuda 10.000 millones de dólares, muy poco después de la destrucción del World Trade Center. Cuando las tormentas asolaron la costa sudeste de Estados Unidos, la isla vio como entraban otros 18.000 millones de dólares más.
Bermuda ha sido pionera en aportar soluciones innovadoras en los sectores financieros y del seguro, y ello hace que debamos tenerlo en cuenta en actividades a desarrollar en la región.
Bibliografía: IFCReports
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