Pese a que creemos que Europa está a la vanguardia de la eficiencia energética, lo cierto es que quedan aún muchas cosas por hacer. El 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa aún provienen del sector energético, como subraya un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publicado el pasado mes de noviembre. El sector continúa ejerciendo un impacto significativo sobre el medio ambiente, pese a que la mayor eficiencia en la producción de electricidad y calor, así como la mayor proporción de fuentes de energía renovables, y la sustitución del carbón y el petróleo por el gas, están contribuyendo paulatinamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica en Europa.
El Informe sobre energía y medio ambiente correspondiente a 2008 (disponible en inglés en el sitio web de la AEMA) confirma que si los europeos se contentan con las políticas y medidas actualmente en vigor, el consumo de energía experimentará un incremento del 26% de aquí a 2030 y los combustibles fósiles seguirán siendo la principal fuente de aprovisionamiento. “El sector energético no puede seguir actuando como si aquí no pasara nada", declaró la profesora Jacqueline McGlade, directora ejecutiva de la AEMA, con motivo de la presentación a día de hoy del informe ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. La evolución hacia una con bajas emisiones de carbono "no está ocurriendo con la celeridad suficiente como para garantizar un porvenir a nuestro medio ambiente”, declaró.
“La energía proveniente de combustibles fósiles es la primera causa del cambio climático inducido por los seres humanos”, explicó la profesora McGlade con motivo del encuentro parlamentario conjunto sobre energía y desarrollo sostenible celebrado hoy. “El compromiso de Europa con una economía no basada en el carbono, así como con las energía renovables y sostenibles es primordial para la seguridad energética y para la lucha contra el cambio climático”, añadió.
El Informe sobre energía y medio ambiente correspondiente a 2008 destaca algunos elementos positivos ligados al incremento del sector de las energías renovables y su potencial para la reducción de las emisiones y la mejora de la calidad del aire. En 2005, las fuentes de energía renovables no representaban, sin embargo, más que el 8,6% del consumo final de energía en Europa: lejos del objetivo de un 20% que se ha fijado la UE para 2020.
Otras conclusiones importantes del informe:
- Los hogares europeos han incrementado su consumo de electricidad en un 31% durante los últimos 15 años, pese a un incremento medio del 17% del precio de la electricidad para el usuario final desde mediados de la década de 1990.
- Más del 54% de la energía consumida en Europa en 2005 provenía de las importaciones procedentes de terceros países. Rusia es el principal exportador de energía hacia la UE, pues suministró el 18,1% del consumo total de energía primaria de la UE-27 en 2005.
- Entre 1990 y 2005, la UE-27 experimentó una tasa media de incremento del PIB del 2,1%, a la vez que reducía sus emisiones de CO2 ligadas a la energía en aproximadamente un 3% del total. Durante el mismo período, las emisiones de CO2 aumentaron un 20% en los EE.UU. y se duplicaron en China.
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