Este no es un blog político, y pretende aportar información objetiva sin los sesgos políticos o económicos de los medios convencionales que tanto daño hacen a la información económica. Pero en esta ocasión, al abordar nuevamente el problema de la recesión, es conveniente hacer una valoración de los posibles resultados que en la economía tendrán las medidas que hasta ahora el gobierno ha utilizado para combatir la recesión. Con estas premisas empezamos este artículo resumiendo que las medidas anticrisis tomadas hasta ahora en España se han centrado sobre todo en apuntalar provisionalmente el sistema financiero y en la inyección de dinero público destinada a reactivar el consumo, y a fomentar las obras públicas. Apuntalar el sistema financiero ha sido necesario e imprescindible, pues la experiencia de recesiones del pasado nos ha enseñado que si se deja caer el sistema bancario en una crisis financiera, la parálisis en la que entra el país persiste durante muchos años.
Además de otras medidas de menor rango, la siguiente medida significativa del gobierno ha sido la del impulso de las obras públicas con la esperanza de conseguir de esta forma una reactivación de la actividad económica. Pero los hipotecados españoles tienen obligaciones con los bancos por una cifra próxima a los 900.000 millones de euros, y los promotores un tercio de esa cantidad; así que poco margen queda para la activación económica tras la reserva necesaria para ir afrontando estas deudas. A nuestro juicio, debido al peso de tan mayúscula deuda, creemos que la idea de que la salida de la crisis puede ser impulsada por los ayuntamientos es bastante ingenua. Es más, creemos que si hay algo que sobra en este país para hacer frente a la crisis son las infraestructuras; pues desde luego la dotación actual de infraestructuras país es envidiable en términos comparativos con nuestros socios europeos. Es evidente que las inversiones públicas dinamizan la economía, pero si el gasto se centra en dotaciones públicas municipales no estamos creando estructuras productivas y lo único que hacemos es que el problema crezca. Si el país no aumenta su competitividad mediante la disminución de los costes empresariales y el aumento de su oferta de productos y servicios de valor añadido superior, poco podemos hacer. De hecho, The Economist en su report del 8 de diciembre, apuntaba esa solución como una de las pocas opciones que tenía España para combatir la recesión.
Pero son muchos los medios políticos y económicos que alaban las políticas llevadas a cabo por el ejecutivo para combatir la crisis y evitar la recesión (ver por ejemplo “Adiós 2008, bienvenido 2009”). Todos se alegran del descenso de los precios, y parecen ignorar el riesgo de deflación al que nos enfrentamos en este momento (ver “Más consejos ante la deflación, y la aparición de la deflación-deuda”). Pocos medios hablan aún de la recesión pese a que a primera vista parece ser un fenómeno global que puede aparecer en España en breve (ver por ejemplo las acciones que se llevan a cabo en Israel para tratar de evitar la deflación).
La contracción económica
Torrevieja, (Alicante), justo a lado de la playa, se pagaron hace algún tiempo unos 6.500 euros/m2 por suelo urbano en primera línea de playa, y la operación acabó con el edificio parado a medio construir. Pero ese dinero se ha gastado, y ahora hay que pagarlo. El caso de Torrevieja es un ejemplo que podemos ver en todo el país: El precio del suelo y de los activos inmobiliarios, ha hecho que la economía se paralice. Simplemente no es viable invertir en nada porque las actividades productivas necesitan suelo barato. Tan solo hay que visitar el tejido industrial de Cataluña, la joya de la corona, y veremos que la industria catalana se ha quedado obsoleta. La industria no puede ampliarse porque los productos que fabricamos no son competitivos, faltan ayudas públicas, y si se intenta ampliar una fábrica deberemos pagar el suelo a precio de oro. La industria pierde competitividad por la inflación del suelo que nadie ha sabido atajar.
Pero algunos datos a los que hemos tenido acceso estos días, nos muestran que el valor del suelo urbano que dan ahora las tasadoras ha caído a plomo. Concretamente en Murcia, uno de los paraísos de la especulación inmobiliaria, hay ya solares que valen tan solo un 20 % de lo que costaban hace tan solo dos años. El valor del suelo simplemente se ha “volatilizado”, los activos inmobiliarios simplemente han dejado de venderse, pero las deudas contraídas estos años habrá que pagarlas durante muchos años. Es por ello que la sociedad española lo que necesita no es coger confianza en la economía, y mucho menos una confianza en datos no reales que haga aumentar si cabe el endeudamiento. Tampoco debe la sociedad española planificar su futuro a base de confiar en una dudosa recuperación que les haga cometer errores irreparables.
Lo que deben hacer las empresas es reestructurarse y prepararse para afrontar un escenario mucho más competitivo y unos mercados locales que han encogido. Las empresas bien gestionadas podrán hacerlo, y su capacidad para afrontar la recesión será óptima, pero esto deben hacerlo planteándose un escenario en el que la evolución de la economía no sea positiva. De esta forma podrán prepararse para afrontar la senda del crecimiento cuando la demanda lo vuelva a permitir, y tendrán capacidad para abrirse a nuevos mercados. El momento actual es de reestructuración, de optimización y de apostar por prestar servicios o fabricar productos de mayor valor añadido. En ningún caso es el momento de emprender aventuras inciertas en las que se comprometan recursos que serán imprescindibles en los próximos años.
Previsiones de los bancos japoneses y otras instituciones internacionales
Todos los estudios que venimos mencionando desde hace tiempo indican que por el momento no hay viso alguno de una recuperación más o menos próxima. Otro ejemplo más es el artículo “Global economy seen sinking into 'severe' 2009 recession: report”, que comentamos a continuación.
Según este artículo, un grupo importante de banqueros japoneses han avisado que la economía global se dirige hacia una recesión severa el próximo año. De manera particular en Japón, las previsiones para 2010 son también de crecimiento cero, por lo que el país seguirá aún unos años sin encontrar la senda del crecimiento que perdió al estallarle su burbuja inmobiliaria a comienzos de los años 90.
Pero no sólo son los pronósticos del ejecutivo japonés los que hablan de recesión global en 2009, podemos mencionar también al Institute of International Finance (IIF), con sede en Washington; cuyas previsiones para 2009 hablan de un crecimiento económico mundial de tan solo un 0,4 % en 2009. IIF representa a más de 375 bancos e instituciones financieras principales de todo el mundo, así que cuando nos dice que “nos enfrentamos a la recesión más severa y globalmente sincronizada de la historia económica moderna” podemos hacerle caso.
Las economías maduras – incluyendo USA, EU-15 y Japón – se contraerán al menos un 1,4 % en medio de la peor crisis financiera conocida desde la Gran Depresión. Según las proyecciones de IIF, la economía de USA, la más grande del mundo y epicentro del tsunami financiero, se contraerá un 1,3 % en 2009, tras un crecimiento de un 1,2 % que aún mantiene este año. La misma institución ha previsto una contracción para la eurozona del 1,5 % desde el crecimiento del 0,9 % que aún disfruta.
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