La prensa australiana recoge estos días lo que está ocurriendo en ese país tras la llegada de los chinos que recorren el mundo en busca de los recursos que necesitan, y cuya influencia en los precios de numerosos productos es de todos conocidos. Comentamos en este post el artículo “China hungry for more tan just mining” publicado en The Australian, ayer 6 de mayo de 2008.
La cuestión que resalta el artículo es que la voracidad china por recursos está yendo más allá de las materias primas tradicionales, que han originado un trasiego de mercancías sin precedentes entre puertos australianos y el próximo sudeste de China. La jugada está clara, China importa materias primas y las transforma en productos manufacturados de bajo coste que sus redes de distribución ponen en las tiendas de cada barrio en todas y cada una de las ciudades del mundo desarrollado. La influencia de China, y también de la India, en Australia, es tal, que ha causado en pocos años un masivo desequilibrio en los sectores económicos tradicionales australianos. La demanda de productos básicos ha trastocado el perfil demanda-suministro de los elementos básicos de la cadena alimenticia global. Esto es desde luego una gran noticia para unos, pero una seria amenaza para otros que verán minada su productividad si emprenden estrategias firmes para adaptarse a la nueva situación. El ciclo que está viviendo ahora Australia, y muchos otros países, sólo es comparable a los procesos de industrialización intensa que en los siglos XIX y XX vivieron USA, Corea y Japón. La única diferencia es que este nuevo ciclo está provocado por una población de 2400 millones de personas que en China e India demandan materias primas para transformarlas y luego colocarlas en occidente. En términos comparativos, pensemos que la fiebre industrializadora de Estados Unidos tuvo lugar con una población de tan solo 100 millones de personas.
En el artículo se entrevista a un excitado fabricante de fertilizantes australiano, un tal Segal, que se encuentra casi en estado de shock ante las nuevas perspectivas. El 50 % de los nutrientes australianos se necesitan para satisfacer las demandas de la exportación. El nuevo negocio, aparecido de la noche a la mañana, está cambiando bruscamente lo conocido hasta ahora en el sector agrícola.
A la vista está, que los tiempos están cambiando, y el desequilibrio originado por la irrupción de India y China en la carrera por dominar el comercio internacional está haciendo que nada sea igual que hace unos pocos años.
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