Hemos vivido una semana realmente frenética en cuanto al precio de los combustibles, en la que el petróleo ha alcanzado precios que hoy por hoy consideramos estratosféricos: 135 dólares. Como siempre decimos, no es momento de esperar que pase un chaparrón que no tiene visos de pasar, sino que de lo que se trata es de adaptar nuestro sistema productivo a la situación actual. En este artículo, muestra de nuestra avidez en conocer las diferentes fuentes internacionales de suministro energético, vamos a valorar la situación energética en Rusia y sus repercusiones en el suministro a Europa.
En el panorama internacional, hemos visto en otros posts que la influencia de la inestabilidad en el suministro es muy relevante en el precio del barril de petróleo. El motivo es que todos los países productores están trabajando a plena capacidad, y solamente Arabia Saudí tiene opciones para suplir las carencias energéticas que se producen cuando hay problemas en algún país. Al hablar de Rusia, lo primero que debemos saber es que es el segundo país productor de petróleo, y el principal responsable en el incremento de la oferta desde principios de la década. En gran medida, Rusia es responsable de la contención en el precio del barril de petróleo en los últimos años. Pero el pico en la producción tuvo lugar en octubre del año pasado (9,9 millones de barriles diarios), y desde entonces la producción está cayendo. De hecho ahora mismo está un 2,2 % por debajo de máximos, y el descubrimiento de este problema en el suministro es uno de los responsables de la subida del precio del petróleo que ha tenido lugar desde comienzos de años. De todas formas, la capacidad de extraer petróleo en Rusia sigue siendo enorme. Dispone de reservas de al menos 80.000 millones de barriles, y otros 100.000 millones que aún no se han encontrado, así que la bonanza rusa durará bastante tiempo. El gobierno impone unas tasas del 65 % a la exportación de petróleo, y de esta forma se nutren las arcas públicas. Pero los campos petrolíferos siberianos han alcanzado su límite.
Bibliografía: Trouble in the pipeline. The Economist May 10th 2008
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