El aprovechamiento del viento es sencillo, y la capacidad de producción es elevada, incluso con pequeños aerogeneradores. Siempre que se mantengan controles medioambientales eficientes, esta tecnología puede utilizarse en cualquier lugar con suficiente viento. En lugares remotos, donde las infraestructuras de transporte son costosas, suponen una alternativa interesante, ya sea en instalaciones aisladas con acumuladores, o en instalaciones conectadas a la red. Este tipo de energía es actualmente la que presenta un mayor crecimiento en todo el mundo. Las cifras de esta energía, para luchar contra el cambio climático, también son muy significativas. Cada 10.000 MW instalados se reducen anualmente 10.000 millones de toneladas.
En los países en vías de desarrollo, el incentivo para usar energía eólica es aún muy escaso, pese a que el incremento de las emisiones de CO2 en ellos es preocupante. Actualmente hay dos programas de incentivos que pretenden impulsar el uso de estas tecnologías en países en vías de desarrollo. Uno de ellos, de sumo interés a nuestro juicio, es que empresas de los países desarrollados puedan compensar el CO2 que producen mediante la construcción de centrales eólicas en países en vías de desarrollo. La segunda actividad, que será impulsada por Global Environmental Facility (GEF) del Banco Mundial, quien cubriría el aparente coste adicional de las centrales eólicas respecto a las centrales de carbón.
Bibliografía: Global Wind Power Market Potential. Energy Business Reports
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