Gobierno, oposición, sector energético, bancos y constructoras. Los cinco poderes que controlan España están severamente afectados por el desplome del motor de la economía, construcción no productiva y sectores anexos. Es por ello que no parece existir voluntad real para afrontar los dolorosos cambios que debe sufrir España para transformarse en una economía productiva y exportadora. El país está tocado y ahora toca reconstruirlo, que nadie espere que en uno o dos años vamos a volver a la década feliz que hemos atravesado. Estas afirmaciones no son gratuitas, y basta con darse un paseo por las empresas españolas para darse cuenta de la desolación en la que están sumidos los que teóricamente deben sacarnos de la crisis: Los pequeños empresarios no saben qué hacer y están totalmente desorientados.
Este breve preámbulo se justifica en un artículo sobre la economía británica porque poco a poco nos iremos dando cuenta de algo que ya venimos argumentando desde hace semanas, los brotes verdes están apareciendo pero en España no creemos que vayan a tener incidencia significativa. Ojalá nos equivoquemos, pero la verdad es que ningún indicador ni remotamente positivo aparece en el horizonte.
Volviendo a Gran Bretaña, lo cierto es que también sufrió burbuja inmobiliaria, pero la incidencia no llegó a parecerse siquiera a lo acontecido en España. El colapso de la economía británica tuvo lugar como en casi todo el mundo en octubre del pasado año, y el Banco de Inglaterra reaccionó bajando los tipos desde el 5 % al 0,5 % en marzo. Pero no contento con tan drástica medida, el banco no ha parado de inyectar dinero, hasta el punto que la libra esterlina empieza también a tener problemas. Las nuevas inyecciones de dinero “nuevo” se utilizaron para comprar activos con problemas.
Si bien los pasados meses han sido duro, un índice de la OCDE que agrupa los principales indicadores está comenzando a cambiar. Si bien es prematuro aún, puede ser un indicio de que lo peor de la crisis “BRITÁNICA” puede haber pasado.
Pero como muchos otros países, la recesión de este año será dura, y las proyecciones apuntan a una caída del 4 % en 2009. Las últimas previsiones del Banco de Inglaterra indican que la recuperación puede empezar a verse a partir de final de este año. Esta política sin precedentes de fabricar dinero para sanear la economía británica tiene otro efecto positivo, y es que la devaluación de la libra está favoreciendo las exportaciones y limitando las importaciones. Pero las previsiones tampoco apuntan a una rápida recuperación o rebote, sino que en el mejor de los casos se espera una recuperación lenta y prolongada. Ello dejará al paciente en una situación crítica durante un tiempo. El Banco de Inglaterra está ahora menos preocupado por la deflación, ya que la inflación está aún al 2,9 %. Sin embargo, se espera que a finales de año la inflación pueda estar en torno al 1 %.
Bibliografía: Don´t get your hopes up. The Economist May 16th 2009
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