Nuevo brote verde en las perspectivas económicas de los países emergentes. En esta ocasión el dato nos viene del World Bank, que ha elevado las previsiones de crecimiento para China como consecuencia de los resultados de sus paquetes de impulso a la economía.
China es ya la tercera economía más grande del mundo, y una de las pocas que mantendrá un fuerte crecimiento económico incluso este año de crisis. Las últimas previsiones apuntan a un nada desdeñable 7,2 %, frente al 6,5 % de las previsiones de mayo. No obstante, como ocurre en tantos países, es aún demasiado pronto para saber si estas previsiones son sostenibles o se deben tan solo a las ingentes inyecciones de dinero público en la economía.
El Banco Mundial dice que sería incluso inapropiado seguir con los estímulos fiscales en China durante este año, y es mejor que la economía siga su inercia.
Según el Banco Mundial, aún quedan muchas cosas por cambiar en China. Por ejemplo, aún llevará tiempo conseguir que la moneda del país, el yuan o renminbi, se convierta en una moneda de reserva con peso a nivel internacional. Entre los cambios que debe afrontar China, el banco destaca los relativos a los mercados de capital, unos tipos de cambio más flexibles y un mercado de bonos bien desarrollado.
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