El precio del petróleo lo condiciona casi todo, y muy especialmente un sinfín de actividades directamente relacionadas con la ingeniería y la industria. Y en el momento actual hay mucha expectación sobre lo que puede ocurrir en los próximos meses. El petróleo subió durante los años del boom hasta alcanzar su pico en julio del pasado año, para luego caer a plomo y comenzar a recuperarse levemente a partir de febrero. La caída del precio del petróleo fue un gran alivio para las economías occidentales, pero al coincidir la caíd con el desplome general de la economía poco pudo apreciarse de los efectos positivos.
Pero para los países productores la gran corrección hizo que saliesen del limbo en el que vivían, donde el dinero parecía no acabarse nunca. Los países productores más ricos como las economías árabes han aguantado el tirón, pero los productores más pobres como México y Venezuela están sufriendo mucho con la caída de los precios.
Pero la cuestión es saber qué va a ocurrir en el futuro próximo y cómo los precios van a incidir en las economías. Para algunos, como Ali al-Naimi, el primer ministro de petróleo de Arabia las cosas están claras, el petróleo va a subir de precio y ello hará rodar a la economía mundial. El primer ministro del petróleo iraní argumenta también en el mismo sentido: Cuando la crisis económica global toque fin, la demanda aumentará y el mercado puede experimentar otro shock de precios. Otro experto que defiende la misma tesis es el presidente de Chevron, la segunda mayor petrolera de los Estados Unidos. El Ministro de energía británico teme también que la recuperación económica vaya seguida de fuertes tensiones en los suministros del crudo.
Desde julio del pasado año el petróleo cayó en picado 115 dólares por barril, experimentando la contracción más intensa y profunda que el mundo había conocido nunca. Y la demanda global de petróleo sigue aún cayendo, y lo seguirá haciendo en los próximos meses en paralelo con la caída de la economía mundial.
Respecto a los inventarios de América, han ido creciendo en las últimas semanas, y ya realmente no queda sitio donde guardar más petróleo.
Con los tanques llenos, todo el petróleo nuevo que llega hay que venderlo y eso es lo que realmente provoca la caída de los precios. Pero como respuesta, las firmas petroleras que extraen el crudo también empezaron a relajarse. La OPEC especialmente dejo de sacar 4,2 millones de barriles diarios a partir de septiembre.
Y si bien no parece que de momento haya motivos para que suba el petróleo, lo cierto es que en las últimas semanas el precio ha ido aumentando con fuerza, y el 20 de mayo se superaron los 60 dólares por barril por primera vez en seis meses. El precio de los futuros sugiere que en las próximas semanas continuará la tendencia.
La explicación a lo que está ocurriendo es bien sencilla. Los que negocian con el petróleo están preocupados porque creen que los factores que hicieron subir el precio del petróleo siguen presentes. La mayoría del petróleo de fácil extracción está en manos de gobiernos nacionalistas que no permiten explotarlo a los extranjeros, y las nuevas reservas están en lugares inhóspitos e inaccesibles que hacen que su extracción sea muy costosa, como el petróleo marino en África, Brasil o África.
Es por ello que independientemente de lo que ocurra con la demanda, el interés por el petróleo no ha desaparecido, y tan pronto el mundo empiece a crecer de nuevo los precios comenzarán nuevamente a subir
Bibliografía: Bust and boom. The Economist may 23rd 2009.
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